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¿Qué es la apoplejía?

La apoplejía es un tipo de accidente cerebrovascular (ACV) o ataque cerebral que ocurre cuando se detiene el flujo sanguíneo del cerebro. Esto puede deberse a una obstrucción o ruptura de una arteria cerebral, lo que impide que las células cerebrales reciban el oxígeno y los nutrientes necesarios para su funcionamiento. Como resultado, las células cerebrales comienzan a morir en cuestión de minutos, lo que puede provocar daño cerebral severo, discapacidad permanente e incluso la muerte.

Causas y factores de riesgo

Existen numerosos factores de riesgo que pueden aumentar las posibilidades de sufrir apoplejía. Algunos de ellos no pueden modificarse, como la edad, el sexo o los antecedentes familiares, mientras que otros sí pueden controlarse. Entre los factores de riesgo modificables se encuentran la hipertensión arterial, el tabaquismo, el colesterol alto, el sedentarismo, el estrés, la diabetes y el consumo de alcohol o drogas ilegales. Es importante que las personas que presentan estos factores de riesgo tomen medidas para reducirlos y prevenir la apoplejía.

Síntomas

Los síntomas de la apoplejía suelen aparecer repentinamente y pueden incluir entumecimiento o debilidad de la cara, brazo o pierna (especialmente en un lado del cuerpo), confusión repentina, dificultad para hablar o entender el habla, problemas repentinos de visión, dificultad para caminar, mareos, pérdida del equilibrio o coordinación, y dolor de cabeza repentino y severo sin causa conocida. Es crucial que las personas que experimenten estos síntomas acudan de inmediato a urgencias para recibir tratamiento médico.

Tipos y tratamiento

Existen dos tipos principales de apoplejía: la isquémica y la hemorrágica. La apoplejía isquémica ocurre cuando una arteria cerebral está obstruida, mientras que la hemorrágica ocurre cuando hay una ruptura en una arteria cerebral. Es fundamental que el diagnóstico y tratamiento sean rápidos para evitar un daño irreversible. El tratamiento oportuno y adecuado puede salvar la vida y aumentar las posibilidades de una rehabilitación y recuperación exitosa. En general, el tratamiento dependerá del tipo y de la gravedad de la apoplejía, pero puede incluir medicamentos, cirugía y terapias de rehabilitación.

Causas de la apoplejía

La apoplejía, conocida también como ataque cerebrovascular (ACV) o derrame cerebral, es una condición médica que puede tener varias causas. Por añadidura, puede ocurrir debido a una hemorragia en el cerebro o a un coágulo de sangre en un vaso sanguíneo del cerebro. También es posible que se produzca en las glándulas suprarrenales cuando se interrumpe o se reduce ampliamente el riego sanguíneo, dejando al órgano sin oxígeno ni nutrientes.

Mecanismos principales de la apoplejía

Existen dos mecanismos principales que causan apoplejías. El 87% de los casos son isquémicos y se dividen en trombóticos, embólicos o por hipoperfusión. El 10% son hemorrágicos y se subdividen en intracerebrales y hemorragia subaracnoidea no traumática. A continuación, se detallan las causas específicas:

  • Embólica: se forma un coágulo de sangre en el corazón o en las arterias de mayor calibre, que luego se desplaza hacia el cerebro y obstruye un vaso sanguíneo, causando un ACV.
  • Trombótica: se forma un coágulo dentro de la arteria que irriga sangre al cerebro, interrumpiendo el flujo sanguíneo. Esto puede ocurrir en una arteria afectada por aterosclerosis.
  • Hipofisaria: se produce por un infarto, una hemorragia o un infarto hemorrágico debido a una complicación de un adenoma hipofisario.
  • Hemorragia intracerebral: suele ocurrir por hipertensión o por la ruptura o debilitamiento de una pequeña arteria arteriosclerótica. Puede afectar los ganglios basales, los lóbulos cerebrales o el cerebelo.
  • Hemorragia subaracnoidea: ocurre cuando hay un sangrado en el espacio entre el cerebro y la membrana que lo rodea, generalmente debido a la rotura de una protuberancia anormal en uno de los vasos sanguíneos del cerebro, como un aneurisma, malformaciones arteriovenosas, traumatismos u otros problemas de los vasos sanguíneos.

La arterioesclerosis es la principal causa de apoplejías y está relacionada con factores como el tabaquismo, una alimentación alta en grasas, la diabetes, niveles elevados de lípidos en la sangre, la obesidad, las enfermedades cardiacas y la edad. La hipertensión es el factor de riesgo más relevante, ya que puede desencadenar las patologías mencionadas. Los síntomas de la apoplejía incluyen confusión repentina, problemas con el habla o la comprensión, alteraciones visuales, parálisis y debilidad en un lado del cuerpo, afasia, cambios en la personalidad y el comportamiento, dificultad para comer y espasticidad. Finalmente, las secuelas de un episodio de apoplejía pueden ser permanentes o temporales y varían según el tiempo transcurrido desde el inicio de los síntomas hasta recibir atención médica adecuada, la edad, el tipo de apoplejía y otros factores.

Factores de riesgo para la apoplejía

La apoplejía o infarto cerebral es una de las principales causas de discapacidad y muerte en todo el mundo. La buena noticia es que la mayoría de las apoplejías son prevenibles siguiendo ciertas pautas de estilo de vida saludable y controlando los factores de riesgo. En este artículo, vamos a enumerar los principales factores de riesgo para la apoplejía y a dar algunas recomendaciones para prevenirla.

La apoplejía o infarto cerebral es una de las principales causas de discapacidad y muerte en todo el mundo. La buena noticia es que la mayoría de las apoplejías son prevenibles siguiendo ciertas pautas de estilo de vida saludable y controlando los factores de riesgo. Vamos a enumerar los principales factores de riesgo para la apoplejía y a dar algunas recomendaciones para prevenirla:

  • Edad: Después de los 55 años, existe un mayor riesgo de padecer apoplejía, y este riesgo aumenta con cada década que pasa.
  • Sexo: La apoplejía tiene una mayor incidencia en hombres que en mujeres.
  • Antecedentes familiares: Si un familiar ha sufrido de apoplejía previamente, aumenta la probabilidad de que ocurra.
  • Hipertensión: La presión arterial alta es un factor de riesgo importante. Se recomienda limitar la ingesta de sal a un máximo de 2 gramos por día.
  • Consumo de tabaco: Fumar aumenta el riesgo de apoplejía.
  • Colesterol alto: Niveles altos de colesterol pueden estar relacionados con la obstrucción de las arterias y aumentar el riesgo de apoplejía. Se recomienda cuidar la ingesta de grasas, especialmente las saturadas.
  • Sedentarismo: La falta de actividad física aumenta el riesgo de apoplejía. Se recomienda caminar al menos 30 minutos al día, 5 días a la semana.
  • Estrés: El estrés también es un factor de riesgo significativo que debe evitarse para prevenir un ataque cardiovascular.
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La edad es un factor de riesgo no modificable, pero el resto de los factores de riesgo pueden ser controlados mediante cambios en el estilo de vida y, en algunos casos, con medicamentos. La hipertensión, el consumo de tabaco y el colesterol alto se pueden controlar mediante una alimentación saludable y actividad física regular. La obesidad y la diabetes también son factores de riesgo importantes que deben ser monitoreados.

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La actividad física regular ayuda a controlar el peso, disminuir la presión arterial, aumentar el colesterol bueno y disminuir el colesterol malo. Una alimentación saludable, rica en frutas y verduras y baja en grasas saturadas y colesterol, es fundamental para disminuir los niveles de colesterol en sangre y evitar la obesidad y la diabetes. El estrés, por su parte, puede ser reducido mediante técnicas de relajación y mindfulness, además de un estilo de vida activo y saludable.

Síntomas de la apoplejía

La apoplejía, también conocida como accidente cerebrovascular, puede ocurrir a cualquier edad, pero es más frecuente en personas mayores de 50 años. Es grave y si no se trata a tiempo puede causar daños neurológicos importantes como problemas en la memoria, el habla y el movimiento e incluso la muerte. ¿Cuáles son los síntomas de la apoplejía?

  • Cambios en el movimiento: como parálisis, debilidad, pérdida de control muscular, aumento y pérdida del tono muscular o movimientos involuntarios como temblores.
  • Problemas en el habla: dificultad para entender o expresarse.
  • Problemas de visión: mareos, pérdida del equilibrio.
  • Dolor de cabeza intenso y repentino.
  • Pérdida de la conciencia.

Es relevante mencionar que los síntomas de la apoplejía pueden variar dependiendo de la zona afectada del cerebro. Por ejemplo, si la parte del cerebro que controla el movimiento es la afectada, el paciente puede experimentar una parálisis o debilidad en un lado del cuerpo. Si la parte del cerebro que controla el habla es afectada, el paciente puede tener problemas para hablar o entender el lenguaje.

Si experimenta alguno de estos síntomas, es crucial buscar atención médica de inmediato. El tratamiento depende del tipo de accidente cerebrovascular que se presente. En el caso de un ataque isquémico, el tratamiento consiste en restaurar rápidamente el flujo sanguíneo al cerebro. En el caso de una apoplejía hemorrágica, el tratamiento consiste en controlar el sangrado y reducir la presión en el cerebro.

Recuerde que si tiene factores de riesgo para desarrollar una apoplejía, como la hipertensión arterial, la diabetes, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, la obesidad, el sedentarismo, la edad avanzada y/o antecedentes familiares de accidente cerebrovascular, debe mantener una dieta saludable, hacer ejercicio regularmente, controlar la presión arterial y el colesterol, evitar el consumo de tabaco y alcohol, y controlar enfermedades crónicas.

Tipos de apoplejía

La apoplejía se refiere a la interrupción repentina del flujo sanguíneo al cerebro, lo que puede provocar daño cerebral y otras complicaciones graves. En general, existen dos tipos principales de apoplejía: isquémica y hemorrágica.

Apoplejía isquémica: Esta es la forma más común de apoplejía y representa el 87% de todos los casos. Se debe a la obstrucción de un vaso sanguíneo en el cerebro, lo que impide que llegue suficiente sangre y oxígeno a las células cerebrales. Se divide en:

  • Trombóticas: Aparecen cuando un coágulo de sangre se forma dentro de un vaso sanguíneo cerebral y obstruye el flujo sanguíneo.
  • Embólicas: Ocurren cuando un coágulo que se formó en otra parte del cuerpo, por lo general en el corazón, se desprende y viaja al cerebro, donde obstruye un vaso sanguíneo.
  • Por hipoperfusión: Se produce cuando hay una disminución general del flujo sanguíneo cerebral, como resultado de una presión arterial baja o una reducción del volumen sanguíneo.

Apoplejía hemorrágica: Esta forma de apoplejía ocurre cuando un vaso sanguíneo en el cerebro se rompe, lo que lleva a una fuga de sangre en el tejido cerebral. Se divide en:

  • Intracerebrales: Se producen cuando un vaso sanguíneo en el cerebro se rompe y se produce sangrado dentro del cerebro.
  • Hemorragia subaracnoidea no traumática: Ocurre cuando hay una ruptura en un vaso sanguíneo en la superficie del cerebro, lo que puede ser causado por aneurismas cerebrales (abultamientos en las paredes de los vasos sanguíneos).
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En cualquier tipo de apoplejía, la perfusión neuronal normal está comprometida, lo que puede llevar a la muerte celular en cuestión de minutos. Por lo tanto, es esencial reconocer los signos y síntomas de una apoplejía y buscar atención médica inmediata si se sospecha de un evento cerebrovascular.

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Diagnóstico de la apoplejía en México

El diagnóstico de la apoplejía en México se realiza a través de varios métodos. Cuando alguien presenta síntomas de un posible accidente cerebrovascular, es fundamental que se reciba atención médica de inmediato. Para hacer un diagnóstico preciso, el profesional de la salud puede preguntar por los síntomas y la historia clínica del paciente. Además, se puede llevar a cabo un examen físico que incluya una revisión del estado de alerta mental, la coordinación y el equilibrio, así como cualquier entumecimiento o debilidad en la cara, brazos y piernas, y cualquier problema para hablar y ver claramente.

Otras pruebas pueden ser necesarias para confirmar el diagnóstico y determinar el tipo y la ubicación del daño cerebral. Estas pueden incluir pruebas de imagen, como una resonancia magnética (RM) o una tomografía computarizada (TC). Estas pruebas pueden ayudar a identificar si el accidente cerebrovascular es isquémico o hemorrágico, y también pueden mostrar la ubicación y el alcance del daño cerebral.

Es vital destacar que en México, como en otros países, el tiempo es crucial en el tratamiento de la apoplejía. En México, el sistema de salud cuenta con servicios de emergencia que ofrecen atención médica inmediata en caso de una emergencia. Si se sospecha de un accidente cerebrovascular, es fundamental llamar al 911 de inmediato para recibir tratamiento oportuno, ya que esto puede salvar una vida y aumentar las posibilidades de una rehabilitación y recuperación exitosa.

Tratamiento de la apoplejía en México

La apoplejía, también conocida como enfermedad vascular cerebral (EVC), es una emergencia médica que requiere atención inmediata para evitar complicaciones y secuelas irreversibles o incluso la muerte. En México, el tratamiento de la apoplejía incluye el uso de medicamentos trombolíticos intravenosos o endovasculares, así como otras técnicas, dependiendo del tiempo en que el paciente llegue para recibir atención médica.

En nuestro país, la apoplejía es un problema de salud pública que ocasiona una cantidad significativa de muertes al año. Según los datos del 2021, la apoplejía fue la séptima causa de muerte en la población en general, con 37,453 decesos, la mayoría en hombres mayores de 65 años. Además, existen 118 casos de EVC por cada cien mil habitantes, lo que representa 170,000 nuevos pacientes al año.

  • El 20% de los pacientes puede fallecer en los primeros 30 días
  • Siete de cada diez pacientes quedarán con alguna discapacidad

El Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN) es una de las instituciones mexicanas que atiende pacientes con apoplejía. En el 2021, atendió a 580 pacientes con esta enfermedad, siendo el 80% de tipo isquémica y el resto por hemorragia cerebral. Es fundamental destacar que la hipertensión arterial sistémica es el principal factor de riesgo para la apoplejía, ya que de 30.9 a 49.9% de las personas hipertensas desarrollan esta enfermedad.

La atención inmediata y adecuada en un centro de salud es crucial para el éxito del tratamiento de la apoplejía. En México, el sistema de salud está preparado para atender a pacientes con esta enfermedad, pero es clave que se cree más conciencia sobre los riesgos y la importancia de recibir atención médica oportuna en caso de presentar síntomas de EVC.

Cómo prevenir la apoplejía en México

La apoplejía, también conocida como accidente cerebrovascular, es una lesión en el cerebro que puede provocar discapacidad permanente o incluso la muerte. En México, una de cada tres personas se recupera por completo después de sufrir una apoplejía, mientras que otra queda con discapacidad permanente y otra fallece. Por esta razón, es vital saber cómo prevenir esta enfermedad.

  • Controlar la presión arterial: La hipertensión arterial es uno de los factores de riesgo más importantes para la apoplejía. Se recomienda controlar la presión arterial alta a través de cambios en la dieta, control del peso, ejercicio físico, técnicas de relajación y disminución del estrés. Si es necesario, se pueden prescribir medicamentos para controlar la presión arterial.
  • Controlar el colesterol en la sangre: El colesterol alto puede provocar obstrucciones en las arterias que llevan sangre al cerebro y aumentar el riesgo de apoplejía. Se recomienda seguir una dieta baja en grasas y colesterol y, en algunos casos, tomar medicamentos para controlar el colesterol en la sangre.
  • Hacer ejercicio físico: El sedentarismo aumenta el riesgo de apoplejía, por lo que se recomienda hacer ejercicio regularmente para reducir la presión arterial, controlar el peso y mejorar la circulación sanguínea. El tipo y la intensidad del ejercicio dependen de la edad, el estado de salud y la condición física de cada persona.
  • Alejarse del tabaco y el alcohol: El tabaco y el alcohol son hábitos que aumentan el riesgo de apoplejía. Se recomienda evitar fumar y limitar el consumo de alcohol.
  • Mantener un peso saludable: El exceso de peso corporal puede aumentar la presión arterial y el colesterol en la sangre, lo que aumenta el riesgo de apoplejía. Se recomienda mantener un peso saludable a través del ejercicio físico y una dieta sana y equilibrada.
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Es importante recordar que los factores de riesgo para la apoplejía no siempre pueden controlarse. Por ejemplo, no se puede evitar el envejecimiento ni cambiar los antecedentes familiares de la enfermedad. Sin embargo, seguir un estilo de vida saludable y controlar adecuadamente los factores de riesgo puede reducir significativamente el riesgo de apoplejía.

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En el caso de que una persona ya haya sufrido un ataque isquémico transitorio o una apoplejía, es significativo seguir las recomendaciones médicas para prevenir futuros episodios. El sistema de salud mexicano ofrece servicios de atención médica para la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la apoplejía, incluyendo terapias de rehabilitación para ayudar a las personas a recuperar las funciones perdidas después de un episodio de apoplejía.

Estadísticas de la apoplejía en México

La apoplejía o Enfermedad Vascular Cerebral (EVC) es una condición que afecta a miles de personas en México cada año. Se estima que cerca de 170 mil infartos cerebrales ocurren en México anualmente. Es crucial conocer los síntomas para buscar atención médica de inmediato y disminuir el riesgo de mortalidad y secuelas.

Según estadísticas, la apoplejía es la quinta causa de muerte en México y una de cada cinco personas que la padecen, mueren. Además, tres de cada cinco personas que sufren de apoplejía, quedan con secuelas. Los factores de riesgo incluyen la presión alta, problemas cardíacos, diabetes, colesterol alto y tabaquismo. Las personas con diabetes mellitus tienen de dos a cuatro veces más probabilidades de presentar apoplejía, mientras que fumar aumenta el riesgo tres veces.

Los síntomas de la apoplejía incluyen debilidad en la mitad del cuerpo, parálisis facial, problemas de lenguaje, falta de coordinación y pérdida de visión. Es significativo estar atentos a cualquier síntoma y buscar ayuda médica de inmediato. El tratamiento oportuno durante las primeras cuatro horas puede disminuir el riesgo de mortalidad y secuelas.

  • La apoplejía ocasiona cerca de 170 mil infartos cerebrales al año en México.
  • Es la quinta causa de muerte en México y una de cada cinco personas que la padecen, mueren.
  • Tres de cada cinco personas que sufren de apoplejía, quedan con secuelas.
  • Los factores de riesgo incluyen la presión alta, problemas cardíacos, diabetes, colesterol alto y tabaquismo.
  • Las personas con diabetes mellitus tienen de dos a cuatro veces más probabilidades de presentar apoplejía, mientras que fumar aumenta el riesgo tres veces.

Es relevante estar informados sobre la apoplejía y sus riesgos. En México, el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suárez” (INNNMVS) ofrece tratamiento y atención para la apoplejía, y se puede obtener información a través del Seguro Popular.

Avances médicos para tratar la apoplejía en México

La apoplejía es una enfermedad que afecta a muchas personas alrededor del mundo y ocupa un lugar esencial en la lista de las principales causas de mortalidad a nivel global. En México, muchos pacientes sufren de esta enfermedad y es necesario contar con los mejores avances médicos para tratarla. En este sentido, se han desarrollado avances significativos en tecnología médica y sistemas de imagenología que ayudan a los médicos a ofrecer un tratamiento más efectivo y preciso.

Una de las tecnologías médicas más avanzadas para tratar la apoplejía en México son los sistemas de angiografía de intervención, como los sistemas de la familia Artis Q/Artis zee de Siemens. Estos sistemas cuentan con capacidades extensas de imagenología y un control de posicionamiento flexible y preciso que permite una intervención más segura y con mejores resultados. Además, el software de imagenología syngo® DynaCT permite la adquisición de datos como la CT y una visualización para angiografía o análisis de perfusión en menos de un minuto.

Los médicos también pueden utilizar el software syngo® DynaPBV Neuro y syngo® iFlow para realizar una evaluación más detallada e inmediata del avance terapéutico justo en el sitio de intervención. Estos avances son el estándar de oro para planear la intervención, visualizar y guiar la trombectomía, y controlar la inserción de stents. Además, los sistemas de información como Syngo.plaza permiten reunir la información del paciente y proporcionar un panorama general rápido del historial del paciente, lo cual es esencial para la planeación del tratamiento de intervención de la apoplejía, así como para la conducción, evaluación y documentación de la intervención.

La utilización de estos avances médicos es fundamental para el tratamiento de la apoplejía en México. Los profesionales de la salud están capacitados para utilizar estas herramientas y brindar un mayor nivel de atención a los pacientes. Además, estos avances se basan en estudios científicos realizados en distintas partes del mundo y han sido validados para su uso en México. Es por ello que contar con estos sistemas de imagenología y tecnologías médicas es una gran ventaja para los pacientes en México.