Los mexicas, al igual que otros pueblos prehispánicos, desarrollaron una cosmovisión en la que los animales ocupaban un lugar principal en su creación, vida y muerte. ¡Acompáñame en un viaje por el tiempo mientras exploramos el papel vital de estos seres y su significado en la vida de nuestros antepasados!
El Templo Mayor: reflejo de la diversidad animal
Debido a las innumerables ofrendas halladas en el Templo Mayor de Tenochtitlan, podemos observar la importancia que los mexicas daban a los animales. Aquel Templo, consagrado a dos de sus principales dioses, Tláloc y Huitzilopochtli, guarda en su seno un tesoro zoológico. Y es aquí donde los investigadores han identificado más de 200 especies agrupadas en once diferentes grupos zoológicos.
Los animales de Tláloc: serpientes, peces y ranas
En la mitología mexica, el dios de la lluvia y la fertilidad, Tláloc, tenía como animales asociados a las serpientes, peces y ranas. Estos seres acuáticos evidenciaban la estrecha relación del dios con el elemento agua. De hecho, la Ofrenda 41 del Templo Mayor contenía una caja de basalto llena de artefactos relacionados con el plano acuático de Tláloc.
Huitzilopochtli y sus animales emplumados
En cuanto a la iconografía de Huitzilopochtli, dios de la guerra y símbolo del Sol, los animales asociados a él eran el colibrí y la serpiente xiuhcóatl. La Ofrenda 100 del Templo Mayor albergó dieciséis ejemplares de colibríes, las aves que seguramente guiaban a los guerreros hacia la victoria. Por otro lado, la xiuhcóatl era una serpiente mítica vinculada al fuego, elemento que también aparece en la representación del Templo de Huitzilopochtli como el cerro de Coatépec (Montaña Serpiente).
La fiesta de Huitzilopochtli y los sacrificios humanos
Los pueblos prehispánicos creían que los animales participaban en su destino y en las ceremonias religiosas. Por ejemplo, durante la fiesta dedicada a Huitzilopochtli, los prisioneros sacrificados eran lanzados desde la cima del Templo. Se pensaba que al caer al suelo, sus almas se transformaban en animales, como águilas y colibríes, que después ascendían al cielo.
La llegada de los españoles y el cambio de paradigma
Con la llegada de los conquistadores al continente americano, la visión sobre los animales cambió abruptamente. Los animales, antes sagrados y con un rol en la espiritualidad indígena, pasaron a ser considerados objetos de caza y posesión. Este cambio de mentalidad llevó a muchas especies al borde de la extinción.
El tlacuache, portador del fuego en la mitología wixárika
Una historia fascinante es la del tlacuache en la mitología wixárika. Este pequeño marsupial es considerado el héroe que trajo el fuego a la humanidad al permanecer siete días cerca de la hoguera donde se guardaba el preciado elemento. A pesar de ser descubierto y casi golpeado hasta la muerte, logró ocultar una brasa en su marsupio, la cual finalmente entregó como regalo a los seres humanos. ¡Valiente tlacuache!
El búho: mensajero de los dioses y de la muerte
En la mitología maya, el búho era considerado un emisario de los señores de la muerte. Hasta la colonización, su canto era interpretado como un aviso de la proximidad de la muerte. Sin embargo, en la cultura maya, el búho también simbolizaba la sabiduría y se creía que conocía el camino al mundo de los muertos.
Xoloitzcuintle: el perro que acompañaba a los muertos
Otro animal que desempeñaba un papel fundamental en la vida espiritual de las culturas prehispánicas era el xoloitzcuintle, una raza de perros originaria de México. Se creía que estos canes acompañaban a los muertos en la primera de las nueve pruebas del Mictlán, el cruce del río Chiconahuapan. ¡La lealtad de estos perros se extendía incluso hasta el más allá!
La unión del hombre y el animal en la cosmovisión indígena
Los indígenas respetaban y divinizaban a ciertos animales por representar virtudes y características humanas. El itzcuintli, el jaguar, el quetzal, la serpiente, el mono y la mariposa de obsidiana eran algunos de los animales relacionados con los dioses y, por lo tanto, sagrados. Su caza estaba prohibida y quienes la desobedecieran eran condenados a muerte.
Águilas y jaguares: símbolos de fuerza y poder
El águila y el jaguar representaban las más altas aspiraciones humanas, el sol y la conquista del hombre sobre la materia. Ambos animales eran venerados por su fortaleza y dominio del cielo y la tierra, respectivamente.
Monos y coyotes: el ingenio y la astucia
El mono y el coyote eran símbolos del ingenio y la astucia en la cosmovisión indígena. Mientras el mono representaba la alegría y quien toma las riendas de su destino, el coyote simbolizaba la avaricia, los excesos sexuales, las mentiras y los engaños. Sin embargo, también se asociaba con el humor, un atributo muy humano.
Lagartijas y serpientes: agilidad, sabiduría y conexión con la tierra
en la cosmovisión indígena, la lagartija y la serpiente eran representaciones de la agilidad, la resistencia, la sabiduría humana y la encarnación terrestre del sol. Estos animales nos recuerdan la importancia de mantener una conexión estrecha con la naturaleza y sus saberes.
Los guerreros muertos: transformación en pájaros o mariposas
Los guerreros muertos en combate, según las creencias prehispánicas, se transformaban en pájaros o mariposas. Estos seres representaban el renacimiento y la eternidad, un tema recurrente en las culturas indígenas.
El jaguar: guardián de la noche y lo sobrenatural
Finalmente, el jaguar es uno de los animales más importantes en la cosmovisión prehispánica. Símbolo de la noche y vinculado a lo sobrenatural, el jaguar era el nagual de los hombres importantes y de los dioses. Era tal su importancia que incluso en los mitos de creación, el dios del cielo y la tierra, Tezcatlipoca, se convirtió en jaguar. Su cercano pariente, el puma, también tenía un papel destacado en las ofrendas del Templo Mayor.
Como hemos visto en este recorrido por el vasto mundo animal de la cosmovisión prehispánica, nuestros antepasados honraban, temían y respetaban a estos seres por su conexión con los dioses y la naturaleza. Que la historia de los mexicas y sus animales sagrados nos recuerde la importancia de cuidar y proteger nuestro entorno y a sus habitantes, tal y como ellos lo hicieron hace más de 500 años.