La juventud siempre ha tenido un papel crucial en el avance hacia la igualdad entre hombres y mujeres y en la creación de alternativas sociales. En México, con cerca de 25 millones de jóvenes teniendo la oportunidad de acudir a las urnas, se hace evidente la capacidad de los jóvenes para marcar la diferencia en tiempos venideros. Sin embargo, aún hay mucho trabajo por hacer.
Desafíos a enfrentar por la juventud mexicana
La juventud mexicana enfrenta rezagos significativos en educación, trabajo, vivienda y acceso a servicios, de salud y alimentación, así como en espacios de participación. La falta de oportunidades y la mala calidad de los empleos ofrecidos hace difícil el crecimiento y autonomía de los jóvenes, impactando en su calidad de vida.
Para transformar la realidad, es necesario crear empleos dignos y bien remunerados, así como más aulas de educación media y superior. Las respuestas a las demandas estructurales deben ser suficientes y oportunas, pues los jóvenes de América Latina representan casi el 23% de la población total y un 29% en Centroamérica.
Educación y empleo: un reto compartido
Los jóvenes tienen una habilidad innata para el cambio, la tecnología y la colaboración. Sin embargo, se requiere de un enfoque educativo que fomente el desarrollo de habilidades técnicas, de negocio e interpersonales desde temprana edad. Muchos estudiantes trabajan mientras asisten a la universidad, lo cual les brinda la oportunidad de aplicar sus conocimientos de manera práctica en el trabajo.
Según la encuesta de Deloitte de 2019, el 48% de los millennials y el 47% de la generación Z aspiran a tener un impacto positivo en la sociedad. Los jóvenes tienen una pasión por el cambio social, lo cual ha impulsado la inclusión de temas relevantes en la agenda pública en busca de igualdad y respeto.
Comprendiendo las necesidades de los jóvenes
Es fundamental comprender las necesidades individuales de los jóvenes para co-crear programas que respondan a ellas y generen beneficios mutuos. Trabajar con influencers es una estrategia efectiva para llegar a los jóvenes, pues son considerados una fuente confiable de comunicación con ellos.
La adolescencia y la juventud en el escenario global
Actualmente, hay cerca de 1,804 millones de jóvenes a nivel mundial, lo que representa una cuarta parte de la población. La experiencia de los jóvenes varía según la región de origen: en países de ingresos medianos, solo tres cuartas partes de los jóvenes siguen asistiendo a la escuela a los 15 años. Además, la tasa de fecundidad adolescente a nivel mundial es de 41 nacimientos por cada 1,000 mujeres de entre 15 a 19 años. América Latina y el Caribe tienen la segunda tasa más alta de fecundidad adolescente, con 61 nacimientos por cada 1,000 mujeres.
Desempleo juvenil: un problema persistente
Los jóvenes tienen tres veces más probabilidades de estar desempleados que las personas adultas, tanto en México como a nivel global. En nuestro país hay 31.2 millones de personas de entre 15 y 29 años, y alrededor del 52.9% residen en 8 estados: Estado de México, Ciudad de México, Jalisco, Veracruz, Puebla, Guanajuato, Nuevo León y Chiapas.
Los jóvenes enfrentan obstáculos como el embarazo a edades tempranas, la deserción escolar, el desempleo y el bajo acceso a servicios de salud. La Ciudad de México presenta la edad media más alta del país con 35 años, mientras que Chiapas tiene la población más joven con 24 años.
Invertir en la juventud: un deber social
Realizar inversiones adecuadas en los jóvenes puede superar los desafíos que enfrentan y evitar costos sociales y económicos. En México, en 2020, 39.2 millones de habitantes tienen entre 12 y 29 años, de los cuales 29.8% son mujeres y 31.6% son hombres. Las mujeres jóvenes enfrentan mayores obstáculos que los hombres jóvenes para ejercer sus derechos en igualdad de condiciones, como la desigualdad en las tareas del hogar y la brecha de género en la educación.
Es hora de que México reconozca el papel fundamental de la juventud en el cambio social y trabaje para que sus jóvenes tengan las oportunidades que merecen. El potencial está ahí, solo necesita ser liberado.
