El siglo XX fue un periodo de cambio y experimentación en la música mexicana. Encontramos una riqueza sonora que oscila entre el romanticismo y el nacionalismo, y que se manifiesta en diversas corrientes y estilos a lo largo del tiempo. Vamos a adentrarnos en esta singular partitura de músicas y autores.
Los comienzos: Del romanticismo al nacionalismo
La música de concierto en México tiene sus raíces en el siglo XIX, cuando las danzas de salón europeas, los géneros vernáculos americanos y elementos musicales locales comenzaron a mezclarse en un creativo caldero sonoro. Durante aquel tiempo, compositores como Aniceto Ortega presentaban sus óperas como “Guatimotzin”, en la que el héroe romántico era el mismo Cuauhtémoc.
Esta búsqueda de una identidad nacional en la música fue influenciada por el impacto social y cultural de la Revolución Mexicana. Surgió así el nacionalismo musical mexicano con óperas como “El rey poeta” de Gustavo E. Campa y “Atzimba” de Ricardo Castro.
Abriendo las puertas de la modernidad
El modernismo comenzó a infiltrarse en los años 50 a través de maestros como Rodolfo Halffter y Carlos Chávez, quienes enseñaban en el Conservatorio Nacional. Esta ola de cambio fue el preámbulo para nuevas generaciones de músicos que tomarían caminos más experimentales, cuestionando lo establecido y atreviéndose a explorar nuevas fronteras sonoras.
La música experimental se suma al repertorio
La música experimental se preocupó menos por las estructuras tradicionales y más por generar texturas y combinaciones sonoras interesantes. Con el tiempo, el término “compositor experimental” fue substituido por “artista sonoro”.
La electroacústica es una de las expresiones más audaces de la música experimental. Apoyándose en la tecnología, los músicos alteraban morfologías sonoras para construir composiciones únicas y vanguardistas.
Carlos Jiménez Mabarak fue el primer artista mexicano en crear música experimental con “El paraíso de los ahogados” en 1957. Le seguirían otros nombres como Eduardo Mata, Guillermo Noriega y Francisco Núñez.
El laboratorio de sonidos y el estreno de la electroacústica en México
El Conservatorio Nacional de Música obtuvo su primer laboratorio de música experimental en 1970. Fue aquí donde Héctor Quintanar, pionero de la electroacústica en México, presentó sus obras en el primer concierto acusmático del país.
La historia de la música experimental en México: una tensión entre lo tradicional y lo innovador
Como país, México ha vivido en una constante tensión entre la tradición y el modernismo, el nacionalismo y la globalidad, y la ideología conservadora y liberal. Y la música no es la excepción.
De hecho, podemos decir que existen momentos en los que la música mexicana ha estado a la par de otros países, intentando nuevas experiencias estéticas. Incluso, podría afirmarse que las nuevas generaciones de artistas tienen menos miedo a la experimentación y se aventuran por caminos autodidactas e inciertos.
La música experimental en el presente: equilibrio y mezcla
Al día de hoy, existe mayor permeabilidad y equilibrio entre tradición y experimentación en el campo académico. Sin embargo, sigue siendo objeto de investigación el entendimiento de la paradoja del paradigma que a veces estanca el arte en el país.
El sonido en las prácticas artísticas contemporáneas
La obra “Sonar. NAVEGACIÓN | LOCALIZACIÓN del sonido en las prácticas artísticas del siglo XX” de Luz María Sánchez Cardona es un acercamiento a casos en los que el sonido ha sido utilizado como herramienta artística. La autora nos invita a marcar nuestras propias rutas y a explorar las formas en que las disciplinas se entrecruzan y cómo se construyen los elementos que conforman la historia de la música.
El legado de Carlos Chávez
El ejemplo de las Tres piezas para guitarra de Carlos Chávez nos muestra cómo el seguir escuchando las glorias del pasado nacionalista puede ser importante para entender la música experimental y el papel que juega en nuestra sociedad.
Un paseo melódico a través de nuestra historia musical
La historia de la música experimental en México es un viaje por diversas épocas, estilos y sensaciones. Es el reflejo de un país que busca siempre reinventarse y encontrar su identidad sin perder de vista la esencia que lo define.
Así como aquella vez que tuve la oportunidad de presenciar un concierto de música experimental en un pequeño recinto, la sorpresa y la emoción de escuchar estas melodías nos siguen acompañando hoy en día, como una alegre sinfonía que une pasado y futuro en un abrazo melódico.
Que nunca dejemos de explorar y disfrutar de esta maravillosa historia musical que siempre ha sido parte de nuestras vidas, pues no hay nada más maravilloso que vibrar al son de notas que cambian, se transforman y nos llevan a volar por los cielos de nuestro México.
